Nacho Beiza: el Maker que le dio vida al anime en formato XXL
Por Makermagazine Team
Cuando un fanático del anime se encuentra con una impresora 3D, pasan dos cosas: una, piensa que será fácil (spoiler: no lo es). Dos, cambia para siempre su destino. Eso fue lo que le pasó a Nacho Beiza, escultor chileno que hoy crea piezas en gran formato capaces de emocionar a cualquier fan geek del mundo.
"Siempre soñé con tener figuras de anime", nos cuenta Nacho. “Cuando descubrí la impresión 3D a través de un podcast argentino en 2019, supe que había encontrado la herramienta para hacer mis sueños tangibles”. Lo que empezó con la ilusión de apretar “print” y tener a Goku en la mesa terminó en un largo viaje de errores, atascos de PLA, grapas metálicas, mucho lijado… y una pasión que no se detuvo.
Su formación fue 100% autodidacta. “No vengo de una carrera técnica ni artística. Aprendí mirando tutoriales y equivocándome mucho”, dice con una sonrisa. Cada caída fue parte del entrenamiento: su primer gran proyecto, un Gohan a escala real lleno de imperfecciones, se cayó dos veces antes de ver la luz. Pero con él ganó su primera competencia internacional y abrió la puerta a colaboraciones soñadas.
Más allá del print: el alma de cada figura
Para Nacho, imprimir y pintar figuras no es simplemente ensamblar plástico: es capturar la esencia del personaje. Antes de cada creación, se sumerge en la serie, la película o el manga para transmitir algo más que un color exacto: la historia detrás del héroe.
Su proceso, casi ritual, combina software como Meshmixer, Creality Print y Orca, junto con un perfeccionismo obsesivo en los cortes, encastres y estabilidad estructural. "El análisis previo me ha salvado de más de una tragedia plástica", comenta entre risas.

La comunidad: su verdadero poder de transformación
La relación de Nacho con sus seguidores es directa, honesta y constante. TikTok e Instagram no solo impulsaron su visibilidad: crearon una comunidad que participa, sugiere y celebra cada nuevo proyecto. "La clave está en ser real. Mostrar los errores, escuchar a la gente, agradecer cada comentario. Mi mejor video fue uno donde corregí un error de pintura gracias al feedback."
Hoy Nacho sueña en grande: mejorar su técnica, lanzar una línea propia de figuras coleccionables limitadas, crear contenido educativo para futuros makers, y abrir su arte al mundo entero. Todo, claro, sin perder esa chispa de fan que lo llevó a empezar.
"Cuando ves a alguien emocionarse con algo que creaste, entiendes que el arte no solo se imprime: se siente", concluye.